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EXPERIENCIAS CON  SUEÑOS PARA LA FELICIDAD

Sin lugar a dudas que el tema del Sueño de los bebés y los niños  hasta los 6 años, es de gran interés para los papitos, hay mucha incertidumbre respecto a si sueñan o simplemente duermen, pues hoy junto  con Experiencias vamos a soñar con la felicidad, y esos son los sueños que ayudaremos a inducir sueños de colores, mágicos mundos de algodón de azúcar, claro que hay que retomar el sueño como tal, pues es sabido de todos que los recién nacidos duermen más y se dice que cuando sonríen dormidos es porque están soñando con los angelitos!

El sueño durante la primera infancia es algo natural, y su manifestación está en relación con la etapa evolutiva de cada niño, y obviamente existen múltiples factores que inciden en el proceso de dormir, de conciliar el sueño, factores fisiológicos, ambientales, más vinculados al niño, o a sus papitos y su entorno, según las circunstancias.
Los distintos “métodos” que se proponen pueden representar recetas o técnicas que tienden a potencializar el sueño infantil y el proceso de su dormir. Lo primero si es un bebé recién nacido es apropiado un baño relajante, un masajito tierno, casi caricias, voces melodiosas y música suave, es importante que desde esta etapa empiece la rutina, pues esta dicho que la rutina crea hábito, si se les pueden contar cuentos cortos  inventados, por ejemplo “Hay una niña muy linda y esa eres tu” y a medida que van creciendo se pueden ir metiendo imágenes dulce, suaves, siempre llamándolas por su nombre, la luz debe ir apagándose poco a poco, es así que el niño o la niña , cae en un dulce y profundo sueño. Parece increíble pero este ritual de caricias, voces de papá y mamá, dulces melodías, en lo posible deben acompañar al bebé desde su periodo gestacional.

Dormir es una necesidad fisiológica, como emocional, por eso algunos papitos simplemente dejan que ocurra sin ninguna rutina agregada, el sueño mientras duerme o el sueño mientras esta despierto el niño  debe ser “respetado”, por favor, el sueño debe ocurrir de forma armónica. Todos los niños desde que nacen vienen predispuestos a dormir lo necesario y a soñar, pero seguramente muchas veces los papitos están cansados también, y desean ayudar a su hijo a dormir en determinado lugar o momento del día,  recomiendan a las jardineras “no lo dejes dormir”, esto es triste. El dormir es una necesidad básica, y el proceso de dormirse, es un reflejo con el cual se nace, y que se puede aprender a activar.

Los papitos deben tener en cuenta que lo más importante que deben saber de los bebés es que ellos no están totalmente listos para la vida extrauterina. En cierto modo, nacen tres meses antes de tiempo, y necesitan un “cuarto trimestre” de contención, movimiento y sostén. Esto no se enseña en ninguna clase prenatal, y es un momento, de descubrimiento que ayuda a los papitos que lo practican a comprender exactamente lo que necesitan hacer. Todos los papitos descubren que los bebés nacen con un “reflejo calmante” un botón virtual de apagado del llanto. A veces el llanto se convierte en antesala de dormir y soñar, esto también en los niños  más grandecitos, entonces debe aparecer el “reflejo calmante”, una cargadita, una dulce nana al oído, o un cuento, abracitos de seguridad y confianza; por su puesto este reflejo después de descartar todos los factores que pueden disparar el llanto, como tener el pañal limpio, su barriguita llena, ropa cómoda, temperatura apropiada, en fin. Parece increíble pero estos rituales, o rutinas influyen en el aspecto emocional y por ende conlleva a sueños felices, en Colombia la tradición, o la costumbre para despedir a los niños a dormir es: “que sueñes con los angelitos”.

Durante el embarazo, en el vientre materno los bebés están continuamente alimentándose, son constantemente calmados y silenciados, mecidos y acunados. Pero una vez que nacen los dejan solos y sin movimientos por muchas horas al día. Sin lugar a dudas que este cambio brusco que dista tanto de su rutina, les genera problemas para ajustarse a los nuevos ritmos en esos primeros tres meses. Brindar seguridad, acostarlo sobre el abdomen o pecho de l papito o la mamita, utilizar un “shh” suave, arrullador, y también mecerlo suavemente son tácticas para que concilien el sueño; algunos papitos podrían decir, que estas tácticas los vuelven resabiados, pues no, cuando son niños  es el momento de consentirlos, para garantizarles confianza y seguridad, obviamente todo extremo es vicioso.

Para que sus sueños sean felices y de felicidad, necesitan dormir, con amor y aprendizaje, recordar que el medio ambiente debe ser sereno, amable, sencillo, seguro, y oscuro, y papitos la oscuridad solo produce miedo si, los adultos infunden temor. Hay que evitarle el bochinche, el alboroto, los gritos, una virtud o varias de los papitos son, calma, paciencia y serenidad. Hay que evitar pasar el bebé de brazo en brazo, como a ver quién es capaz de calmarlo, eso solo crea ansiedad, y tener claro las mamitas que no deben empezar a ofrecer, que jugo, tetero, leche, compota, por favor esas son necesidades de la mamita no del bebé, también es importante organizar rutinas familiares que favorezcan el dormir y los sueños, sin que sean excesivamente estrictas, dan orientación y referencia al niño. Cada niño tiene su propio ritmo de sueño. Con organización familiar, cada niño irá adaptando paulatinamente sus horarios.
Inducir los sueños para la felicidad, es asociar la cotidianidad con varios factores, como la sonrisa; ver contento al bebé da tranquilidad. Con su sonrisa dice que se encuentra satisfecho, que está a gusto a lado, y que lo están cuidando bien. Por si falta alguna pista para lograr sueños de felicidad, hay que intentar con la voz de la mamita, pues, cuando nace el bebé y se enfrenta a un mundo en el que todo es inesperado y distinto, la voz de la mamita es de lo poco que le resulta “familiar”. Hay que hablarle con voz suave, y algo más enérgica cuando se le vean ganas de juego, y cuando llore, hay que correr de inmediato, que sepa y aprenda que su mamita esta ahí. Estar en brazos, es una “sopa de dedos gordos” por favor ellos no se van a mal acostumbrar, por el contrario, estrecha lazos, adquiere seguridad, y puede soñar con ese dulce momento.

Las caricias son vitales, pues, el momento del parto resulta traumático para el bebé, entonces un dosis de caricias van ayudar a superar ese momento, y por supuesto los masajes, y así ir afianzando un vínculo eterno de afecto, amor, admiración, los momentos como el baño son ideales, para masajitos, hay que ser generosos con las caricias, los arrullos de amor, es cultivar los sueños para la felicidad, desde la felicidad cotidiana.

Volviendo al dormir, los bebés pequeñitos mueven los ojos rápidamente mientras duermen, y bueno a raíz de esto, científicos re-nombrados hicieron electro encefalogramas, para verificar si realmente sueñan, pues, si sueñan, es más se dice que desde el quinto mes de gestación, ellos también sueñan con sus experiencias, y gracias a esos sueños, pueden evolucionar con las experiencias emocionales y sensitivas que les rodean, por ejemplo: estar en los brazos de mamita o cuando están comiendo o cualquier cosa que le haya atraído la atención. Mientras duermen, los chicos no se encuentran inactivos. Toda su energía vital la dedican a un importante trabajo cerebral que consiste en asimilar y vincular la información recibida durante el día. Este “proceso clasificatorio” es el que origina los sueños y tiene lugar durante una fase determinada: la llamada “fase de movimientos rápidos de los ojos”. Se sabe que los bebés pasan más horas en esta fase del sueño que los adultos. También se sabe que en esa etapa se produce una gran actividad cerebral, y que en ella participan zonas del cerebro distintas de las que intervienen en la vigilia.

Únicamente cuando el niño  ha adquirido el lenguaje existe evidencia de que sueña, lo que no significa que no lo haga mucho antes, es probable que sueñe en el período fetal. De igual modo, hasta que no aprende a hablar no es posible saber en qué consisten sus ensoñaciones. Sin embargo, es lógico pensar que estén relacionadas con sus vivencias diurnas, con todo lo que ha aprendido y sentido durante el día.

A medida que nos vamos haciendo “adultos”, la duración, el valor y el interés que le otorgamos a los sueños se va reduciendo. Pero para los pequeños son muy importantes, hay que escucharlos y alentarlos a soñar con la felicidad, en todos los sentidos.

De  Experiencias  con Amor!

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